Toyota no enfrenta una escasez inmediata de chips debido a las recientes restricciones a las exportaciones chinas relacionadas con el fabricante de chips Nexperia, aunque la automotriz japonesa está monitoreando atentamente los riesgos para la producción, declaró el director ejecutivo Koji Sato.
“Creo que existe cierto riesgo, pero no es que vayamos a enfrentar una escasez mañana”, dijo Sato a los periodistas en el Japan Mobility Show de Tokio el miércoles por la tarde.
Si bien el problema podría afectar la producción de Toyota, la automotriz más vendida del mundo no se vería repentinamente expuesta a una grave crisis de suministro, afirmó.
Las automotrices de todo el mundo se esfuerzan por asegurar el suministro de chips y revisar sus inventarios ante la creciente preocupación por una mayor restricción de suministro vinculada al fabricante de chips holandés Nexperia.
China prohibió las exportaciones de los productos de Nexperia después de que el gobierno holandés tomara el control de la empresa el mes pasado, alegando temores de transferencias de tecnología a su matriz china, Wingtech, que Estados Unidos señaló como un riesgo potencial para la seguridad.
De acuerdo con Sato, la industria automotriz japonesa está trabajando para estandarizar los chips heredados y así evitar la grave escasez que se vivió durante la pandemia, cuando los semiconductores personalizados los dejaron en una situación vulnerable.
Toyota Industries continúa en proceso de privatización
Sus comentarios surgieron después de que su rival Nissan, de menor tamaño, anunciara que contaba con suficientes chips para abastecerse sin interrupciones hasta la primera semana de noviembre, es decir, dentro de pocos días.
Por otra parte, Sato afirmó que no había planes de revisar el precio de la oferta pública de adquisición de Toyota Industries, a pesar de las críticas de algunos accionistas.
El grupo anunció en junio que privatizaría Toyota Industries a través de una sociedad holding respaldada por Toyota Motor, Toyota Fudosan y el presidente de Toyota, Akio Toyoda.
Un portavoz de Toyota aclaró posteriormente que los comentarios de Sato se basaban en información de Toyota Fudosan, la principal entidad compradora en la operación, y que Toyota Motor no había participado en la fijación del precio.
La oferta de 16,300 yenes (108.10 dólares) por acción representa una prima sobre los promedios históricos previos a los informes sobre el acuerdo, pero se sitúa por debajo del precio del día anterior al anuncio, lo que ha generado quejas de inversores que afirman que la oferta infravalora la empresa.
La transacción, cuyo objetivo es privatizar al fabricante de carretillas elevadoras y proveedor clave de Toyota, forma parte de una reestructuración más amplia del grupo Toyota y suscitó peticiones de mayor transparencia por parte de gestores de activos globales.
Sato declaró que el grupo procederá con la máxima transparencia y, como principio fundamental, garantizará que se tengan en cuenta los intereses de los accionistas minoritarios. Añadió que el objetivo es avanzar en el plan de forma que se asegure la comprensión de todas las partes interesadas, en lugar de precipitarlo.
