Se vuelve a poner en duda la reactivación de la economía mundial a causa del coronavirus.
Wall Street ha cerrado con caídas (Dow Jones: -0,76%; S&P 500: -0,85%; Nasdaq: -0,72%) ante la vuelta de la preocupación por la recuperación de la economía global. Japón ha impuesto el estado de emergencia en Tokio este pasado jueves, poniendo así en peligro la celebración de los JJOO. Estas caídas contrastan con los récords alcanzados por el Nasdaq y el S&P 500 en la sesión de este miércoles.
La rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años ha rotado muchas carteras, empujando su rendimiento por debajo del 1,293% desde febrero del presente año.
El desliz del bono está arrastrando, a su vez, a los bancos en bolsa. Así las cosas, Bank of America, Goldman Sachs, Wells Fargo y JP Morgan, entre otros, se han sumado también a la sangría que está teniendo lugar en el parqué.
Por otro lado, se han publicado los últimos datos de empleo de EEUU en los que se ha registrado un aumento de las peticiones semanales de paro, superior al esperado, hasta llegar a las 373.000, cuando las previsiones situaban la cifra en 350.000.
La cifra total de desocupados ha disminuido en la última semana, alcanzando los 3,34 millones. Estos números se sitúan al nivel de marzo de 2020, justo antes de que comenzara la crisis del coronavirus.
Nancy Vaden, de Oxford Economics, señala que los datos de mayo ilustran el actual desequilibrio entre la demanda del mercado laboral y los trabajadores disponibles, esperando que se reduzcan conforme decrezca el número de nuevas peticiones por desempleo «de forma más constante, a medida que disminuyan las limitaciones de la oferta de mano de obra».