A dos meses de iniciar el 2025, el Gobierno dominicano aún no ha alcanzado un consenso con los productores de arroz y los molineros sobre el desmonte arancelario que plantea el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta).
En República Dominicana, el temor radica en que, a partir de enero del próximo año, el arroz importado desde Estados Unidos entrará al país libre de aranceles y sin restricciones de cantidad, lo que genera incertidumbre entre los productores locales por posibles efectos en la competitividad del arroz nacional frente al importado.
El ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor -Ito- Bisonó, expresó que sería prácticamente imposible modificar el tratado, ya que no basta con que el país tenga interés en cambiarlo, sino que todos los países miembros deben estar de acuerdo. Sin un consenso de todas las naciones involucradas, un cambio en el acuerdo es poco probable.
El DR-Cafta fue negociado entre enero de 2003 y enero de 2004, incorporándose República Dominicana en julio de ese mismo año. Para 2009, el acuerdo ya había sido ratificado por todos los países miembros, en medio de controversias sobre si las naciones pudieran competir con la producción de Estados Unidos. El tratado incluye a Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Estados Unidos.
En 2023, según el Censo de los Estados Unidos, en la mayoría de los países suscritos al DR-Cafta, las exportaciones desde Estados Unidos superan las importaciones, a excepción de Costa Rica y Nicaragua, los cuales son los únicos países en los que el gigante norteamericano importa más de lo que exporta. En el primero Estados Unidos tiene una balanza comercial deficitaria de US$–1,482.1 millones y US$-2,353 millones, respectivamente.
República Dominicana es el país con el mayor déficit entre los países de Centroamérica, ya que las importaciones (US$7,057.4 millones) con la nación norteamericana superan las exportaciones (US$13,008.8 millones). Además, se erige como su principal socio comercial.
Estados Unidos mantiene un monto mayor en exportaciones versus las importaciones con El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que genera un superávit comercial de US$7,945 millones si se suman los tres países.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica, en los últimos diez años (2010-2019), el comercio bilateral con Estados Unidos experimentó una tasa de crecimiento promedio anual de 4.1%, alcanzando un valor de US$11,014 millones en 2019, lo cual representó el 39.9% del comercio total del país centroamericano. Refiere que en 2019 las exportaciones hacia suelo estadounidense alcanzaron los US$4.824 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los US$6,190 millones.
Estados Unidos continúa siendo la principal fuente de inversión de ese país. Durante 2019 se registraron US$1,912.2 millones en inversiones de fuente estadounidense, el mayor monto registrado en los últimos 10 años y una cifra de 20.5% mayor a la percibida en 2018. Esta inversión se destinó principalmente a los sectores industrial (70%), servicios (13%), comercio (9%), inmobiliario (6%), y turismo (3%).
El Salvador, mediante el tratado con Estados Unidos, logró un cambio estratégico de modelo exportador basado en el servicio de maquila (operación de manufactura o fábrica que importa temporalmente los materiales y/o equipos para la elaboración de biene) a una integración vertical de la industria textil de algodón.
Según un informe de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), El Salvador experimentó un retroceso en diversos indicadores de competitividad tras la firma del DR-Cafta. El estudio destaca que el país cayó en el Índice de Competitividad Global, pasando del puesto 61 en 2006, cuando se implementó el tratado, al puesto 103 en 2019. Refiere que este declive se debió a que las políticas públicas adoptadas por el Gobierno salvadoreño fueron insuficientes para mantener su capacidad competitiva, a diferencia de Costa Rica que implementó reformas efectivas. Asimismo, El Salvador experimentó una caída en el Índice de Facilitación de Negocios del Banco Mundial, descendiendo del puesto 75 en 2006 al 91 en 2018.
En el caso de Nicaragua, las exportaciones hacia el mercado estadounidense se han casi cuadruplicado de US$1,500 millones a US$5,700 millones” en el 2022, según los datos de la Embajada estadounidense en Managua. Fusades situó en 385.1% el crecimiento de las exportaciones de Nicaragua hacia Estados Unidos desde 2005 hasta 2022.
En el caso de Honduras, el Banco Central de ese país detalla que a diciembre de 2023 las exportaciones hacia suelo estadounidense alcanzaron los US$2,106.4 millones, mientras que las importaciones sumaron US$5,062.8 millones, lo que deja una balanza comercial deficitaria de US$-2,956.5 millones frente a los norteamericanos.
A lo interno
De acuerdo con estadísticas de la Dirección General de Aduanas (DGA), en 2012, las importaciones hacia República Dominicana a través del tratado fueron en total de US$1,213.93 millones, y en 2013 experimentaron una caída del 12.5%, situándose en US$1,062.07 millones. Sin embargo, en 2014, las importaciones repuntaron con un aumento del 14.9%, alcanzando US$1,220.30 millones. Este crecimiento continuó en 2015, con un incremento del 19.0% hasta US$1,451.81 millones, lo que reflejaba una mayor apertura al comercio.
En 2016, las importaciones aumentaron un 5.9%, totalizando US$1,536.86 millones, aunque en 2017 se produjo una leve disminución del –3.8%, con un total de US$1,478.34 millones. A pesar de esta ligera caída, en 2018 el comercio volvió a crecer un 9.5%, alcanzando US$1,618.83 millones. En 2019, el crecimiento fue más moderado, con un aumento del 4.7%, situando las importaciones en US$,694.33 millones. El impacto de la pandemia del covid-19 en 2020 provocó una disminución en las importaciones del –8.9%, cayendo a US$1,543.67 millones.
Sin embargo, en 2021, se observó un rebote con un aumento del 36.8%, llevando las importaciones a US$2,110.89 millones. Este crecimiento se mantuvo en 2022, con un aumento del 17.9%, alcanzando US$2,488.25 millones.
Para 2023, las importaciones continuaron subiendo, aunque de manera más leve, con un crecimiento del 0.9%, totalizando US$2,510.44 millones. Hasta septiembre de 2024 las importaciones sumaron US$1,914.63 millones, y si se mantiene esta tendencia, el año podría cerrar con cifras similares a las de los años anteriores.
Sin acuerdo
En septiembre de este año, el ministro de Agricultura, Limber Cruz, señaló que aún no se ha llegado a un acuerdo con las autoridades norteamericanas sobre la posibilidad de extender la protección arancelaria del arroz dominicano en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta).
Cruz declaró que el presidente Luis Abinader se mantiene en constantes reuniones con autoridades estadounidenses. “Realmente no se ha concluido nada, pero nosotros tenemos nuestra posición y hemos finalizado con lo que pensamos y creemos”, comentó el ministro.