Dos quiebras del sector automovilístico han sacudido los mercados crediticios de Estados Unidos, generando temores sobre un posible deterioro en la salud financiera de los hogares de bajos ingresos y las comunidades inmigrantes.
El fabricante de autopartes First Brands se convirtió en la última empresa en colapsar al solicitar protección por bancarrota el lunes, tras la reciente quiebra de la entidad crediticia de automóviles de alto riesgo, Tricolor Holdings. Aunque ambas compañías tuvieron razones particulares para su colapso, los casos han avivado el temor a una mayor tensión en el sector.
“Hasta donde puedo decir, el mercado parece preocupado”, señaló Campe Goodman, gestor de cartera de renta fija en Wellington Management, quien indicó que los diferenciales de los títulos respaldados por activos (ABS, por sus siglas en inglés) de algunos prestamistas de consumo se han ampliado significativamente.
Los ABS permiten a los prestamistas de automóviles empaquetar préstamos en bonos negociables, lo que les proporciona liquidez y transfiere el riesgo crediticio a los inversores.
“Hay algunas cuestiones específicas de cada una de estas dos empresas… Dicho esto, muchas veces estas cosas ocurren en un entorno donde las condiciones están cambiando”, agregó Goodman.
El analista señaló un debilitamiento en la salud financiera del consumidor y cambios en las políticas que afectan a los segmentos de bajos ingresos de la población, como las nuevas normas de inmigración.
First Brands enfrentó dificultades tras un intento fallido de refinanciar su deuda a principios de este año, el cual se estancó cuando los inversores pidieron revisar más a fondo sus estados financieros, según dos fuentes familiarizadas con el asunto. Una de ellas añadió que los problemas de la compañía se vieron agravados por el impacto de los aranceles en su negocio.
El colapso se produce poco después de la quiebra del prestamista de automóviles de alto riesgo Tricolor Holdings. El síndico designado por el tribunal no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios fuera del horario laboral.
Steve Edwards, estratega sénior de inversiones en Morgan Stanley Wealth Management, comentó que, si bien los mercados de crédito siguen considerando estos casos como problemas específicos de las empresas, podrían revelar una debilidad subyacente en ciertos segmentos del mercado de consumo.
Los consumidores de bajos ingresos se han visto afectados por las altas tasas de interés, la creciente debilidad del mercado laboral y los aranceles, señaló.
“En este contexto, los impagos de préstamos a consumidores de bajos ingresos no deberían ser sorprendentes”, afirmó.
Señales de estrés
Están surgiendo indicios de tensión en los mercados crediticios estadounidenses vinculados a la deuda automotriz. Los diferenciales del índice corporativo ICE BofA BBB-ICE BofA US —una medida del rendimiento adicional que los inversores exigen sobre los bonos del Tesoro— se han ampliado más de 20 puntos básicos este mes.
Aun así, el mercado crediticio corporativo más amplio de Estados Unidos, tanto de grado de inversión como de alto rendimiento, se mantiene estable. Las transacciones han repuntado notablemente tras el recorte de tasas de interés de la Reserva Federal.
El índice corporativo estadounidense ICE BofA, referencia para bonos con grado de inversión, muestra que los diferenciales se han reducido seis puntos básicos desde principios de septiembre. Incluso la deuda de alto rendimiento, más riesgosa, ha mostrado una mejora, con diferenciales que han bajado alrededor de 10 puntos básicos.
Una señal de fortaleza en el mercado crediticio es la reciente compra apalancada de Electronic Arts, que acordó venderse a un grupo de inversores privados en un acuerdo que valora al creador de Battlefield y Madden NFL en 55 mil millones de dólares.
Un banquero de Wall Street describió la situación como “una historia de dos economías”, en la que los más ricos se benefician de la apreciación de sus viviendas y del auge del mercado bursátil, mientras que los hogares de bajos ingresos enfrentan creciente presión financiera.
Estrés en los préstamos subprime
Los préstamos para automóviles constituyen un segmento del mercado de financiamiento al consumo que ha mostrado señales recientes de tensión. Rikard Bandebo, economista jefe de VantageScore —empresa que desarrolla modelos de calificación crediticia—, afirmó que su firma ha observado que las tasas de morosidad en los préstamos para automóviles siguen aumentando hasta alcanzar máximos históricos.
“Los hogares de ingresos más bajos continúan teniendo tasas de morosidad más altas, pero estas se han estabilizado durante el último año y medio, mientras que las tasas de morosidad en los hogares de ingresos medios y altos están aumentando”, explicó Bandebo.
Los analistas señalaron que empresas como Tricolor, con operaciones en seis estados, estaban expuestas a tendencias que afectaban a los trabajadores de menores ingresos.
Tricolor vendía automóviles y otorgaba préstamos principalmente a comunidades hispanas de bajos ingresos en el suroeste de Estados Unidos, identificando una oportunidad para servir a los trabajadores “invisibles”, es decir, aquellos sin acceso a cuentas bancarias ni a otras formas de crédito.
Los expertos advirtieron que el mercado automotriz dirigido a personas de bajos ingresos se ha visto afectado por problemas de asequibilidad, ya que los precios de los autos usados se dispararon como consecuencia de la pandemia, al igual que los costos de los préstamos.
“Los consumidores de alto riesgo financian desproporcionadamente vehículos usados, cuyos valores se mantienen obstinadamente altos tras las interrupciones relacionadas con la pandemia”, explicó Satyan Merchant, vicepresidente sénior y líder del negocio automotriz e hipotecario en TransUnion.
“Más allá de los pagos de los vehículos, los costos de seguro y mantenimiento también han aumentado más rápido que la inflación general, lo que ejerce una presión adicional sobre los hogares de bajos ingresos con ingresos disponibles limitados”, añadió.

