América Latina puede convertirse en un centro para el mercado masivo de créditos de carbono por las características propias de la región y si hay cooperación entre el sector público y privado, aseguraron este martes autoridades y expertos en un evento en Río de Janeiro.
Aunque varias naciones ya cuentan con mercados voluntarios y regulados de créditos de carbono, la adopción de un mecanismo de comercio de carbón centralizado es compleja y por eso requiere de un trabajo conjunto de gobiernos y empresas, según especialistas que participan en esta ciudad brasileña de la Cumbre Latinoamericana del Clima 2022.
“Los países no lo hacen solos. Tenemos que construir un nuevo modelo de cooperación y necesitamos al sector privado para eso”, aseguró Dirk Forrister, director general de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones (IETA, por sus siglas en inglés).
Esta idea fue compartida por representantes de gobiernos y empresas de Brasil, Panamá, México y República Dominicana que participaron en el primer bloque temático del evento.
Para Eduardo Piquero, director general de Mexico CO2, el mayor desafío está en el tema regulador, que debe “ser llamativo” para que el “sector privado se embarque”.
Por su parte, Verónica González, del Ministerio de Medio Ambiente de Panamá, señaló que también es necesario crear una “cultura de carbono” en las empresas, que aprendan a “medir la huella de carbono” y sean más participativas en el tema.
Río mira al futuro
Río de Janeiro, el estado más icónico de Brasil, se prepara desde ya para ser “la capital verde de América Latina” y quiere ser referencia en el mercado de créditos de carbono.
Río quiere crear una plataforma para la negociación de activos sostenibles y, aunque todavía no está consolidada, el Gobierno regional viene avanzando en el tema y este martes anunció la adhesión al “Carbon Princing in the America”.
Esta iniciativa voluntaria, que estimula las acciones hacia la implementación exitosa de la fijación de precios del carbono en todo el mundo y cuya secretaría es administrada por el Banco Mundial, reúne a líderes gubernamentales, empresariales, de la sociedad civil y académicos para apoyar la fijación de precios del carbono.
La iniciativa es resultado del Tratado de Glasgow, acordado en la Conferencia Climática que las Naciones Unidas celebró en Escocia en 2021 (COP26), del cual Carbon Pricing in the America es uno de los términos.