El camino hacia el 5G es inminente, pero requiere de mucho capital. Eso lo saben bien los operadores de telecomunicaciones, que en los últimos años han optado por vender o escindir su infraestructura para captar capital y llevar a cabo sus inversiones para el despliegue de la red de quinta generación de tecnologías móviles.
En América Latina, en los últimos meses se han realizado diversas transacciones entre telcos y operadores de torres o torreros, como se les conoce en esta industria. La más reciente fue el cierre de la venta de Telxius, el negocio de torres de Telefónica en América Latina (Brasil, Perú, Chile y Argentina) al gigante American Tower Corporation (ATC) por US$ 1.098 millones, una inyección de capital que de paso ayudará a reducir la abultada deuda del grupo español, que supera los US$ 30.000 millones.
“Las telco tienen un nivel de deuda grande y necesitan caja para seguir invirtiendo en su red y servicios. Para ellos es bueno vender la infraestructura y después pagar un arriendo por mes, transforman un Capex (costes de inversión) en un Opex (gastos operativos). Es interesante en términos de direccionar inversiones del core business y al mismo tiempo mejorar los estados financieros y sus márgenes. Por el lado de los inversores, hay un interés de tener esa infraestructura y después alquilarla a otros interesados”, dice Renato Pasquini, director de Investigación del Mercado TIC de Frost & Sullivan.
Para Alexander Flores, abogado especialista en temas de telecomunicaciones del Estudio Muñiz, hay una oportunidad de negocio para aquellas empresas que no se dedican a telefonía móvil y no tienen que asumir compromisos de cobertura. «Tienen un mercado cautivo porque los operadores de telecomunicaciones deben hacer inversiones en 5G sí o sí. Compran las torres y de por sí tienen un cliente fijo que está asegurado por una gran cantidad de años. Estas torres soportan no solo la infraestructura del que era el antiguo dueño sino también que puede tener las antenas de otros operadores”, dice .
Flores agrega que la liquidez obtenida de estas transacciones es clave para que los operadores puedan acelerar sus inversiones en 5G. “Tienen esta infraestructura de torres, pero lo que necesitan es espectro. Por ejemplo, en España, en julio de 2021 se licitó la banda para el 5G y Telefónica se hizo con ella. Le costó aproximadamente € 310 millones (cerca de US$ 360 millones)”, dice.
La inversión es millonaria, por eso los esfuerzos para disponer de dinero en América Latina, donde varios países están empezando sus procesos para desplegar esta tecnología. El caso más avanzado es el de Chile, que se convirtió en el primer país de la región en lanzar una subasta de espectro para tecnología 5G en febrero de 2021. De acuerdo con Fitch Ratings, el país recaudó US$ 450 millones en licitaciones y se prevé que genere alrededor de US$ 4.000 millones en inversiones durante los próximos cinco años.
La urgencia de invertir en el despliegue de 5G ha originado varias adquisiciones que han consolidado a ciertos players especializados en gestión de torres, fibra óptica e infraestructura de telecomunicaciones en general.
Es el caso de American Tower, que con la adquisición de Telxius, se hizo de 7.000 torres de telecomunicación en la región. Ya a inicios de 2020 había concretado otra operación con el Grupo Entel, que involucró la compra de 1.262 torres ubicadas en Perú y 1.980 en Chile, es decir, un total de 3.242 torres por un monto de US$ 772 millones. A nivel global, la compañía estadounidense tiene 171.000 sitios de comunicación y es la torrera con más propiedades en América Latina.
“Esto es parte de una tendencia mundial. Hoy los mayores tenedores de torres ya no son los operadores de telecomunicación, sino empresas como American Tower. Esto se da porque la tecnología de operar las redes es algo muy complejo y las teleco no solo tienen que operarlas, sino también mantenerlas. De otro lado, es económicamente más eficiente la compartición de infraestructura. Los torreros tienen esa ventaja comparativa porque pueden bajar los precios al ofrecer a diversos operadores la misma infraestructura”, dice Carlos Hernández, director de Análisis de The Competitive Intelligence Unit, grupo de consultoría en los mercados de tecnologías de la información y comunicación.
Para el especialista mexicano, el despliegue del 5G en el mundo ha sido el gatillador de que las telco hayan decidido vender o escindir sus operaciones de torres.
“La principal característica del 5G es que va a conectar muchos más dispositivos y reducir la latencia. Para cuestiones simples, como consultar una página web, no es tan importante tener una latencia alta, pero si hablamos de soluciones avanzadas como cirugías a distancia o autos autónomos, el microsegundo que toma procesar la información y que la latencia puede reducir es muy importante. Esto se logra con anchos de banda específicos, que necesitan tener torres más cerca y en cuanto se desplieguen cada vez más las redes 5G se van a necesitar más torres. Hay algunas cifras no oficiales que indican que se va a tener que multiplicar por cinco o 10 el número de torres”, dice.
Bajo ese panorama cada vez más cercano, según Teresa Tovar, socia líder de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones (TMT) del Estudio Echecopar en Perú, por un lado, las empresas estarán en la necesidad de atender a una demanda que crece cada vez más y que requiere de mejores experiencias para el usuario final; y, de otro, también requerirán contar con una infraestructura robusta que le permita enfrentar dicho contexto.
“Los operadores están optando por la especialización, dejando que otras empresas, propias o de terceros, se dediquen a hacer crecer la infraestructura, para que los operadores puedan concentrar sus esfuerzos en la atención final al usuario”, dice.
Por el lado de los compradores, la gestión de torres parece ser un interesante negocio. Según un estudio de la empresa especializada en medición de calidad de redes de telecomunicaciones Weplan Analytic, hacia 2025 los ingresos de los propietarios de torres en todo el mundo se duplicarán hasta los US$ 33.000 millones, debido al impulso de la venta de infraestructura y a movimientos para separar sus torres en unidades independientes. Las proyecciones de la consultora Technavio son más ambiciosas: estima que para 2023 el mercado valdrá US$ 43.700 millones.
FONDOS DE INVERSIÓN A LA CAZA DE INFRAESTRUCTURA TELCO
No solo los operadores especializados en gestionar infraestructura de telecomunicaciones han puesto la mira en las torres. Otro actor que ha ganado relevancia en este ecosistema son los fondos de inversión.
“Debido a la pandemia y las tasas de interés muy bajas en casi todos los países, a los fondos de inversión y empresas de infraestructura les interesó mucho invertir en algunos segmentos de infraestructura como data centers, torres y otros activos. Es una inversión de largo plazo y que proporciona un retorno sobre la inversión más alto. Toda esta infraestructura de soporte creció bastante durante este periodo y la tendencia es que siga creciendo mucho especialmente ahora con el 5G, que va a demandar una expansión bastante significativa de la cantidad de torres”, dice Renato Pasquini.
Por ejemplo, si bien en Brasil American Tower tiene 30.000 torres de un total de 96.000 y es el mayor operador de torres, el segundo lugar lo ocupa Highline do Brasil, una torrera que fue adquirida por el fondo de inversión estadounidense Digital Colony en 2019 a Pátria Investments. En abril de 2020, el fondo adquirió la operación de centro de datos del grupo brasileño UL Diveo y anunció la creación de una nueva unidad de negocios, Scala Data Centers. Aunque el monto de la transacción no fue revelado, en su momento Bloomberg informó que el fondo habría pagado entre US$ 300 y US$ 400 millones por el centro de datos.
En México, en 2014 Digital Colony, a través de su filial Digital Bridge, fusionó su portafolio de torres con el Fondo de Infrastructura Mexicano de Macquarie y formó Mexico Towers Partners (MTP). Actualmente MTP está a la venta y el valor de esta podría ascender a US$ 1.000 millones por sus 2.500 torres en un mercado dominado por Telesites, la unidad de torres de América Móvil en México, que posee 16.000 torres, seguido de American Tower con aproximadamente 9.000 unidades.
“Probablemente, sí habrá más empresas que se dediquen a la instalación y operación de torres y no necesariamente estas empresas provendrán de escisiones o ventas de infraestructura de los operadores actuales. Y es que la demanda por servicios de conectividad irá en aumento, lo que generará que salgan al mercado nuevas empresas de infraestructura que no solamente operarán el ‘fierro’ sino que podrán brindar servicios a nivel mayorista, cuyas capacidades las revenderán a operadores para que estos puedan atender a sus clientes finales”, dice Teresa Tovar.
Otros actores torreros que han adquirido activos, aunque en menor proporción en la región, son las estadounidenses SBA Communications y Phoenix Tower International (PTI), que ingresó a América Latina tras la compra del negocio panameño de American Tower y ya ha incursionado en países como República Dominicana, El Salvador, Perú y Colombia.

AMÉRICA MÓVIL BAILA SOLA
A diferencia de sus pares, el operador telco del magnate Carlos Slim no optó por deshacerse de sus torres en México ni en América Latina, sino que decidió escindir el negocio. Ya en 2015 escindió Telesites, su división torrera en México y Costa Rica, que tiene como principal cliente a Telcel, el operador móvil del grupo.
En tanto, en septiembre de este año América Móvil aprobó la escisión de su negocio de torres de telecomunicaciones y otras infraestructuras pasivas en América Latina. Además anunció la creación de Sitios Latinoamérica, una nueva empresa que controlará 36.000 torres distribuídas en 15 países de la región, como Brasil y Chile, y que podría generar US$ 350 millones en flujo operativo (Ebitda), según El Economista.
“Esa es la forma en que América Móvil hace negocios. Mientras otras compañías ponen las torres a un tercero, este operador hace una integración vertical. Por ejemplo, la fibra que despliega para sus torres o para sus redes la hacen el mismo a través de Condumex, otra empresa del grupo Carso. Esa es una estrategia porque en vez de ‘regalarle el negocio a alguien más’, hace una empresa y la opera de forma independiente, pero mantiene un buen negocio”, dice Carlos Hernández. “Otra de las cuestiones que tiene el grupo es que es más fácil que capte recursos que operadores más pequeños, agrega.
Hernández se refiere a la movida del grupo en México a través de Telesites. En 2020 cerca del 70% de la empresa fue colocado en un fideicomiso de inversión en bienes raíces (Fibra Sites) en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), logrando recaudar cerca de US$ 600 millones.
“América Móvil puede captar recursos para desplegar las redes y no tiene la necesidad de vender. Todavía no han anunciado que va a pasar con Sitios Latinoamérica, pero podría seguir el mismo camino”, dice.
Fuente: America Economía