El próximo 26 de septiembre se celebrarán las elecciones en Alemania que elegirán al sustituto de Angela Merkel al frente de la cancillería. Hasta ahora, el favorito para ocupar su puesto era Armin Laschet, de la CDU/CSU, el mismo partido que la actual presidenta. Sin embargo, las encuestas han dado un vuelco y el actual ministro de finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, se ha convertido en el principal candidato.
¿Pero quién es Olaf Scholz y qué tipo de Alemania quiere liderar? Scholz ha sido ministro desde 2018 en el gobierno de coalición con los conservadores de Merkel. En esta posición tenía fama de ser fiscalmente moderado, pero la pandemia de Covid-19 le llevó a desempeñar un papel decisivo en impulsar el plan de recuperación de la UE de 750.000 millones de euros (886.000 millones de dólares) y un paquete de estímulo en Alemania por valor de 130.000 millones de euros. Sin embargo, su generosidad tiene límites y quiere que Alemania vuelva a poner límites estrictos al gasto del gobierno federal y estatal a partir de 2023.
Si es elegido, ha prometido construir más viviendas “para frenar el aumento excesivo de los alquileres” y convertir a Alemania en un exportador líder de tecnología de energía verde. Sin embargo, su mayor prioridad sería aumentar el salario mínimo de 9,60 € la hora a 12 €. De hecho Scholz se jacta de que Alemania debe la introducción de un salario mínimo legal a nivel nacional en 2015 al papel del SPD en el gobierno. La CDU / CSU, por su parte, insiste en que las negociaciones salariales deben dejarse en manos de los empleados y sus jefes.
Las posibles alianzas en el tablero
Scholz puede liderar las encuestas, pero tanto el escenario electoral fragmentado como el sistema parlamentario de Alemania hacen que la coalición que finalmente forme gobierno sea difícil de predecir.
Si se atiende a la media de las últimas seis encuestas, el SDP, de centro-izquierda, obtendrá un 23,5% del apoyo, por delante del partido de Merkel, con un 22,5%, y de los ecologistas, que se quedarán con el 17,6%.
Según los cálculos de los expertos, hay un 25% de probabilidades de que el centro-izquierda acuerde con los ecologistas y el FDP liberal una alianza, mientras que la unión del SDP, Verdes y el Partido de la Izquierda (Die Linke) llega al 20%.
Mientras que Scholz y los verdes pueden llegar a entenderse, ya que en muchas posiciones están cerca, no pasa lo mismo con los liberales, que han prometido impedir las subidas de impuestos que ha planteado el SDP.
En el flanco izquierdo, Die Linke, con solo un 6% o 7% de intención de voto, podría convertirse en la llave del nuevo gobierno. Como era previsible, el conservador Laschet ha negado la posibilidad de aliarse con ellos, sin embargo Scholz ha preferido dejar abierta esa puerta.
Die Linke se encuentra alineado con el centro izquierda y los ecologistas en la agenda interna, pero su visión crítica hacia la OTAN (que consideran un vestigio obsoleto de la Guerra Fría) les convierte en un socio problemático en el ámbito de la política exterior.
Mientras, a pesar de su sintonía política, la posibilidad de que sea la CDU/CSU la que forme un gobierno en coalición con el FDP liberal cae a un 5% de probabilidades en las encuestas.
Lo que parece claro es que, después de ocho años juntos en dos parlamentos, ni la CDU ni el SPD están deseosos de continuar con su actual “gran coalición”. Hace unas semanas, parecía muy probable que fuera el SPD de Scholz el que quedara en la oposición, ahora las cosas no están tan claras.