El empresario Jeff Bezos, fundador de Amazon, ha iniciado su incursión en el mercado del vehículo eléctrico mediante el respaldo financiero a Slate Auto, una startup con sede en Estados Unidos que está desarrollando una camioneta eléctrica compacta y económica.
La compañía, que ha operado con un perfil bajo desde su fundación en 2022, tiene como objetivo lanzar al mercado un vehículo con un precio de partida estimado en 25.000 dólares (alrededor de 23.300 euros). A diferencia de otros fabricantes emergentes, Slate Auto apuesta por un enfoque contrario al modelo de Tesla. Su intención es producir desde el inicio un vehículo funcional, accesible y con posibilidades de personalización, destinado principalmente a nuevos compradores. La propuesta de la empresa se inspira en modelos históricos como el Ford Model T o el Volkswagen Escarabajo, ambos reconocidos por su carácter popular y su enfoque utilitario.
Una pick-up eléctrica de diseño sencillo y espíritu práctico
El modelo en desarrollo será una pick-up eléctrica biplaza, pensada para ser utilizada como primer vehículo o herramienta de trabajo. A pesar de no haber sido presentado oficialmente, se ha filtrado un prototipo avistado en Los Ángeles, que, según fuentes cercanas al proyecto, ha sido mostrado a potenciales inversores en el estudio de diseño que la compañía tiene en Long Beach (California). El diseño recuerda estéticamente a modelos como el Ford Bronco o el Rivian R1T.
La producción está prevista para finales de 2026 en una planta ubicada en las proximidades de Indianápolis (Indiana), aunque aún no se ha confirmado si se reutilizará una instalación industrial existente o si se construirá una nueva. Personalización, software abierto y carga urbana Además del vehículo, Slate Auto está trabajando en una infraestructura de carga urbana exclusiva, inicialmente reservada a sus propios modelos, pero que podría ampliarse a otras marcas en el futuro. La compañía también planea ofrecer accesorios personalizables y ha registrado el lema «We built it. Tú lo haces», reflejo de su estrategia centrada en la adaptabilidad del producto.
Otra novedad destacada es su apuesta por el código abierto en el software del vehículo, permitiendo que los usuarios puedan modificar o ampliar algunas funciones digitales. En paralelo, la empresa lanzará Slate University, una plataforma educativa para que los propietarios puedan aprender a reparar, actualizar o personalizar sus vehículos de forma autónoma. La startup ya cuenta con entre 200 y 500 empleados, muchos de ellos procedentes de empresas consolidadas del sector automovilístico como Ford, General Motors, Stellantis o Harley-Davidson. Entre sus altos cargos figuran Christine Barman, exdirectiva de Chrysler, y Rodney Copes, antiguo responsable de Harley-Davidson.
En el ámbito financiero, Slate Auto cerró una ronda de financiación Serie A por valor de 111 millones de dólares en 2023, y ha autorizado hasta 500 millones de acciones preferentes para una próxima ronda Serie B.
Bezos vs. Musk: competencia también en el vehículo eléctrico
Con esta operación, Jeff Bezos amplía su presencia en el ámbito del automóvil eléctrico, donde ya tenía participación indirecta a través de Amazon con Rivian. Su nuevo movimiento empresarial añade un nuevo capítulo a su conocida rivalidad con Elon Musk, ya presente en sectores como el aeroespacial y el tecnológico. Mientras la Cybertruck de Tesla continúa generando expectación con su diseño vanguardista y un precio considerablemente más elevado, la propuesta de Slate Auto busca ocupar un nicho distinto: el de los vehículos eléctricos asequibles y funcionales. El próximo 23 de abril, Slate Auto podría ofrecer más información oficial sobre su primer modelo, en lo que supondría un paso clave para posicionarse como una alternativa real y económica dentro del competitivo mercado del vehículo eléctrico.
Tesla en medio de la guerra comercial entre EEUU y China
Todo ello en medio de la guerra comercial, donde la compañía dirigida por Elon Musk ha suspendido la posibilidad de realizar nuevos pedidos de los modelos Model S y Model X en su web en China, en un contexto de creciente tensión comercial entre Estados Unidos y el país asiático. Ambos vehículos, fabricados en suelo estadounidense e importados al mercado chino, ya no aparecen disponibles tampoco en la aplicación de WeChat de la marca. Aunque la empresa no ha ofrecido explicaciones oficiales, la decisión coincide con la reciente subida de aranceles del 125 % impuesta por China a los productos procedentes de EEUU, en respuesta al incremento hasta el 145% decretado por la administración de Donald Trump sobre las importaciones chinas. Este aumento de tarifas ha encarecido considerablemente los modelos estadounidenses frente a los vehículos eléctricos producidos localmente.
Cabría destacar que en el primer trimestre de 2025, Tesla entregó 336.681 vehículos, su cifra más baja desde 2022, con una caída del 25% en la gama alta. En China, las entregas cayeron un 11,5% interanual en marzo, mientras que en la Unión Europea el desplome alcanzó el 45% en enero. Pese a todo, la compañía sigue siendo rentable, con márgenes superiores a los de muchos competidores, aunque su valoración en bolsa, superior a 130 veces sus beneficios, genera dudas entre los analistas.