Según datos oficiales publicados el pasado jueves, el producto interno bruto de China creció un 7.9% interanual en el segundo trimestre de 2021.
El dato, publicado por la Oficina Nacional de Estadística, implica que hubo una ralentización con respecto al avance del 18.3% registrado en los tres primeros meses del año, y se encuentra ligeramente por debajo de lo esperado por los analistas, que pronosticaban un crecimiento en torno a un 8%.
Se confirma una vez más la tendencia de recuperación económica de China tras controlar la pandemia del covid-19, que provocó en el primer trimestre de 2020 la primera caída del PIB desde 1976 (-6.8%). A partir de aquella caída, se registra actualmente un gran aumento del indicador durante el primer trimestre de 2021, poniendo en contexto la caída registrada entre abril y junio de 2020, ya que la base comparativa de este segundo cuarto de 2020 (+3.2%) no era tan propicia para favorable para un crecimiento a doble dígito.
En el global del primer semestre, la segunda economía mundial se expandió un 12.7% interanual.
En cuanto a términos nominales, la riqueza total de China alcanzó los 53.22 billones de yuanes a finales de junio.
«La economía nacional fue testigo de cómo la inercia de crecimiento firme y sostenido se consolidó» pese a que el entorno nacional e internacional sigue siendo «complicada y cambiante», aseguró la ONE, en cuanto a lo que va del año.
Como no se marcó un objetivo de crecimiento en 2020, el Gobierno chino recuperó este presente año sus habituales pronósticos.
Las instituciones globales, como el Fondo Monetario Internacional, sitúan sus previsiones de crecimiento para China en un 8.4% durante el global de 2021.
En 2020, tras la caída del primer trimestre, la economía china ascendió, y según los datos oficiales, creció un 2.3%.