A un precio inicial de US$599, el iPhone 16e de Apple Inc. (AAPL) no es un teléfono económico.
Este nuevo dispositivo sustituye al iPhone SE, que costaba US$429, como el teléfono más barato de la gama de Apple.
Y si bien trae muchas de las características y mejoras del iPhone 16, incluyendo la Inteligencia de Apple y un botón de acción programable, disminuye las capacidades de su cámara, la calidad de su pantalla y otras áreas.
Así que no es ni barato ni un iPhone completo. ¿A quién está dirigido?
Gente como yo, por ejemplo.
Hace años que vivo fuera de la burbuja de Apple, optando por dispositivos con Android que me ofrecen mejores cámaras y especificaciones en relación calidad-precio.
No obstante, tengo numerosos amigos estadounidenses cuyas vidas digitales dependen de iMessage, y contemplo con envidia la omnipresencia de Face ID y la inigualable selección de apps de terceros de la empresa.
La experiencia de usuario del iPhone, “simplemente funciona” (aunque algo menos sólida de lo que era antes), continúa siendo atractiva, por lo que, aunque no me gastaría el dinero de un teléfono insignia en un iPhone, una versión básica a un precio asequible podría ser tentadora.
Más allá de los adeptos a Android, hay una amplia proporción de propietarios de iPhone que agradecerían una mejora de su calidad de vida sin tener que desembolsar cuatro cifras en un dispositivo de alta gama.
En EE.UU., donde Apple es la mayor marca de móviles, la confianza de los consumidores experimentó en febrero su mayor retroceso en años a causa de la preocupación por las perspectivas de la economía en general, lo que pone de manifiesto la cautela ante las compras discrecionales.
Por otro lado, en mercados en crecimiento como la India, la susceptibilidad al precio también podría hacer que el 16e se erigiera como opción favorita en la gama de Apple, pero es imposible ignorar que el dispositivo sigue costando cientos de dólares más que el que se vende de media en ese país.
El argumento comercial
Los smartphones de Apple nunca han sido baratos.
El iPhone de primera generación fue un producto de prestigio cuando se lanzó en 2007, y el entonces CEO de Microsoft Corp. (MSFT), Steve Ballmer, lo ridiculizó por su excesivo precio de US$500 dólares.
Una década después, el iPhone X normalizó los teléfonos de US$1000. Incluso ahora, con su teléfono de gama baja, Apple pide más del doble del precio de venta promedio a otros fabricantes, según datos de IDC.
Es la señal más clara de que Apple ha perdido interés en competir en el segmento de valor. En casi una década de intentar hacerse con una cuota de mercado con el iPhone SE, la compañía ha decepcionado a los consumidores y no ha cumplido con sus propias altas expectativas.
La competencia se ha intensificado, con Samsung Electronics Co. defendiéndose de la agresiva competencia china. Marcas como OnePlus de Oppo, Poco y Nothing Phone ofrecen una combinación de altas especificaciones, diseños innovadores y precios bajísimos.
En lugar de continuar en un segmento competitivo del mercado con márgenes bajos, Apple ha decidido abrir el puente levadizo y subrayar la idea de que todos sus productos son premium.
La pregunta, entonces, no es si el 16e es un teléfono de alta calidad, lo es. Pero ¿ofrece suficientes funciones premium como para justificar un precio más elevado que el de los teléfonos verdaderamente económicos?
Lo que funciona
Aunque comparte nombre con los iPhone 16 y 16 Pro de gama alta, el 16e tiene un diseño simplificado y más práctico, disponible en blanco o negro. (Consejo: la opción blanca disimula mucho mejor los arañazos).
Sus dimensiones son prácticamente iguales a las del iPhone 16 de 6,1 pulgadas, pero con una sola cámara trasera, lo que lo hace más manejable.
Tras dos semanas usándolo como mi teléfono habitual, el 16e me ha parecido bastante bueno en la mayoría de los aspectos.
La duración de la batería es fiable y el chip A18 de Apple ofrece un rendimiento consistentemente rápido, incluso con una pequeña reducción de especificaciones (un núcleo de procesamiento gráfico menos), algo que en la práctica no tiene importancia.