A fines de septiembre se subastaron desde Chile, y por primera vez, 13 obras de artistas plásticos bajo la modalidad de NFT, la siglas de tokens no fungibles.
Se trata de obras de arte que no necesariamente existen en el mundo físico y por las que un comprador no recibe un video, pintura, ni un objeto palpable. Lo que recibe es un token digital, o “vale virtual” que actúa como certificado único de propiedad y que se puede seguir transando en el mundo del también llamado ‘cripto arte’.
El evento marcó el lanzamiento de la quinta edición de una feria de arte llamada Gallery Weekend Santiago (GWS). Esta seguirá online hasta fines de diciembre, usando la plataforma OpenSea, un espacio que permite la compra y venta de estas obras digitales pagando en Ethereum (Ether) −la cripto moneda favorita para los NFT− con un precio estimado base de US$ 35.850 o ETH 12,1038 y que ya acumula tres reservas, según confiesan sus organizadores.
La muestra, que se ha titulado ‘El arte lo dijo primero’, buscó relacionar su curatoría o elección de las obras, con “la pulsión que tiene la plástica contemporánea de adelantarse a los conflictos que hacen eco con mayor obviedad en una sociedad de consumo al borde del colapso. La crisis climática, la desigualdad, la equidad género, e incluso la crisis sanitaria, son temáticas recurrentes en esta exposición en formato digital, que pone en valor la capacidad premonitoria de la obra en sí misma”, afirma crípticamente Kabir Engel, el productor de la iniciativa.
Un momento excitante también para los artistas que se embarcaron en el remate virtual.
“El arte tiene que siempre ir evolucionando y abriéndose caminos de maneras diferentes, a la par de la evolución de la humanidad. No nos podíamos quedar sólo en la pintura y la escultura, que son cosas tan antiguas y clásicas”, dice el artista visual Claudio Caiozzi – Caiozzama – uno de los oferentes en GWS.
MUCHAS PLATAFORMAS, UN SOLO PROPÓSITO
El ambiente NFT es un submundo blockchain que comenzó con coleccionables y memes como el de Pepe Frog, los Age of Cryptology, los Monkey, los Bored Apes, los Nibbles y distintas colecciones de animación digital 2D y 3D que se han popularizado en años recientes.
Hasta que en marzo pasado la casa Sotheby’s remató en US$ 69 millones −hasta hoy un récord imbatido− la obra digital «Everydays – The First 5000 Days», del artista conocido como Beeple, en formato NFT, haciendo parecer a Banksy y sus murales un juego de niños.
“Afuera es un hit. Hay colecciones grandes, la gente las exhibe… es como un nuevo formato de status digital: mostrar tu obra, tu colección de obras en NFT, porque hoy en día eso es lo que la está llevando, virtualmente”, agrega Engel.
El de los NFT es un mercado que se mueve al mismo ritmo delirante de la Bolsa, las criptomonedas y el venture capital. Una real danza de millones, que hasta septiembre de este año habían concretado transacciones por US$ 10.700 millones a nivel global, un aumento de más de ocho veces que el trimestre anterior, de US$ 1.300 millones, según datos del rastreador de mercado DappRadar, y que según este no muestra signos de disminuir.
Tanto así que esta semana Coinbase, un inversionista en OpenSea, reveló que también ingresaría al espacio NFT, lanzando una lista de espera para su portal Coinbase NFT. A pesar del conflicto de intereses destacado por la prensa, su directora de operaciones dijo públicamente que la firma considera que el mundo de NFT es lo suficientemente grande como para que coexistan varios jugadores.
“Los mercados de NFT están ganando importancia rápidamente en 2021 y los NFT se están convirtiendo en la nueva clase de activos a tener en cuenta en el espacio criptográfico. Estos mercados, en pocas palabras, proporcionan un mercado para la compra, venta y comercio de tokens NFT”, detalla en su página en sitio creado por el emprendedor Skirmantas Januskas.
En su sitio web, DappRadar muestra tanto las colecciones de NFT de mejor desempeño, como las mayores ventas y los marketplaces de NFT, que hasta el momento son 31.
Por ejemplo, en el marketplace de NFT más grande, el mencionado OpenSea, los volúmenes de ventas alcanzaron los US$ 3.400 millones solo en agosto.
Reuters lista que otro rastreador de mercado, CryptoSlam, dice que la cifra es de US$ 9.600 millones. Mientras tanto, NonFungible.com, que rastrea los NFT solo en la cadena de bloques ethereum, sitúa el volumen total de 2021 en US$ 7.000 millones.
Y aunque no todos pueden ser Everydays, al empezar octubre, un Art Blocks NFT se vendió por 2,100 ether (alrededor de US$ 6,9 millones en ese momento). Los precios promedio de Art Blocks habían aumentado a aproximadamente US$ 15.100 por NFT en septiembre, frente a los US$ 3.300 que costaban en julio, según CryptoSlam.
Sin embargo, a pesar de las crecientes ventas y las celebridades y otros inversores que se suman a la tendencia, el número de compradores de NFT sigue siendo relativamente pequeño, con un universo de menos de 300.000 billeteras activas que intercambiaban NFT en la cadena de bloques ethereum en el tercer trimestre, dijo NonFungible.com en Reuters.

INVERSIONES DE ALTO RIESGO
El exchange de criptomonedas Binance también tiene su espacio para transar NFTs.
“Tenemos dos plataformas, una es FeaturedMarket, la plataforma centralizada de Binance, en la que solamente pueden entrar ciertos artistas. Básicamente es la curaduría del mundo tradicional [que] se volcó al mundo cripto. En esa plataforma solo algunos artistas pueden publicar, pero cualquier persona puede comprar. Después tenemos otra plataforma, Binance NFT, que es una plataforma abierta, descentralizada, donde cualquier persona puede tanto comprar como vender NFT”, dice a AméricaEconomía Maximiliano Hinz, director de Operaciones de Binance Latinoamérica.
“La tecnología está mostrando ya que es algo que llegó para quedarse. Al principio había muchas dudas sobre si era una moda pasajera que iba a durar tres meses o una burbuja que iba a explotar. No… yo creo que no solo al respecto el tema artístico, sino que esto también es bastante disruptivo en cuanto a lo que es patentes, licencias, etc.”, afirma Hinz.
Y desde luego se vuelven un vehículo más que interesante para la inversión.
“La posibilidad de invertir en arte digital o piezas coleccionables digitales y la forma tan expedita y segura en que pueden transar las operaciones hace que muchas personas con dinero no productivo y con un alto apetito de riesgo se adentren en este incipiente mundo de los NFT”, expresa Jamez Hernández, presidente y cofundador de la consultora Trust Corporate.
Hernández afirma que en su natal Colombia ya hay inversores de todo tipo investigando, estudiando, aprendiendo y apostando en este tipo de cripto activos. Pero los volúmenes transados no son aún tan transparentes como enuncian los sitios de tracking internacionales del estilo de DappRadar.
“No suena nada descabellado que el negocio de arte digital coleccionable crezca de manera exponencial en los próximos años, lo que no excluye el mercado tangible”, reflexiona.
En relación con el carácter de no fungible de los NFT, jurídicamente las cosas fungibles son aquellas que presentan ‘una igualdad de hecho, de manera que son sustituibles entre sí’, como el dinero.
En cambio, un token no fungible se trata de una cosa única, exclusiva o irrepetible, lo que viene dado por el código único que les identifica.
“Dado que los tokens no fungibles son únicos y exclusivos, tienen la característica de ser escasos. Esto, sumado a la demanda que han adquirido por su creciente popularidad ha significado que se les asigne un valor en el mercado, por lo que podemos afirmar con toda propiedad que efectivamente estamos frente a activos valiosos”, detalla a AméricaEconomia Francisco Barreda, abogado experto en derecho digital del estudio jurídico Barreda Legal Tech.
Así, los NFT caben, en principio, en la definición del proyecto de Ley Fintech que envió el gobierno chileno al parlamento hace unas semanas, que define criptoactivo como “una representación digital de unidades de valor, bienes o servicios, con excepción de dinero, ya sea en moneda nacional o divisas, que pueden ser transferidos, almacenados o intercambiados digitalmente”, dice Barreda, aunque advierte que habrá esperar a cómo se defina la redacción de la ley y la interpretación que se le pueda dar a la misma.
Por ahora, la parte negativa para Hernández es que, por lo novedoso de este mercado, la poca información que circula impide hacer una estimación de lo que, monetariamente hablando, mueve este sistema de inversión en nuestra región.
Agrega que la misma tecnología blockchain aún no ha sido regulada por algún organismo de ningún país, “lo que le convierte en una inversión de alto riesgo, cuya seguridad la da la cadena de bloques, pero que no es respaldada por Estado alguno”.
Para el experto, la mejor forma de evitar ser víctimas de estafas es investigando muy bien los comentarios de los compradores o personas que han transado con los ofertantes, así como la trayectoria de la plataforma en la cual se comercian los productos digitales.
Barreda añade que se debe tener presente “que estamos frente a bienes o activos virtuales, sin un soporte físico, por lo que su valor va a estar dado íntegramente por la demanda que tengan en los mercados en que son ofrecidos”, dice.
“Otra opción es comenzar a invertir con poco dinero de manera de que dosifiques el riesgo y en caso de que alguna operación no tenga buenos resultados el impacto negativo se vea diluido entre las otras inversiones que hayas hecho. Recordemos que, como todo negocio o inversión, a mayor ganancia mayor puede ser la pérdida”, advierte por su parte Hernández.

BUSCANDO LA ESCASEZ DIGITAL
Volviendo al NFT como una nueva expresión de arte, al parecer no existe total consenso sobre si se trata de arte o si es otra cosa. Pero sí genera debate a nivel mediático y en la academia.
“Su existencia le agrega una capa de sentido y complejidad de producción estética al mercado del arte. La tecnología cambió mucho en pocos años y explotó en pandemia. No sabemos en qué va a terminar, pero sí es un tema para prestarle atención”, dice sobre los NFTs Juan Cruz Andrada, licenciado en historia del arte, investigador y profesor de la Universidad San Andrés en Buenos Aires.
Lo interesante, para él, es lo que subyace.
“La lógica NFT y la tecnología blockchain permiten la ‘escasez digital’. En su origen, lo digital tiene una capacidad de reproducción múltiple, pero con esta lógica coleccionable, los artistas han visto en la tecnología una forma de lograr escasez digital para sus obras. Entonces hay un original, que es exclusivo y único”, recalca Cruz.
Ahí lo relevante es la posesión y el alarde social que se puede hacer de la obra NFT.
Para el galerista Kabir Engel, lo importante para la gente que compra un NFT es mostrar que son ‘dueños de’ y alardear de eso probablemente en sus redes sociales, preferentemente Twitter, Reddit y Telegram.
La situación no es muy distinta a un coleccionista mostrando una obra recién adquirida a sus amigos en su casa. Solo que con los NFT es posible mostrar esa obra abiertamente en el ciberespacio y tener el ansiado status global.
“No puedes poner el saldo de tu cuenta corriente en tu Instagram, pero sí puedes exhibir tu colección de NFT y la gente puede tasarlo. Hacia allá va un poco la tendencia; es una nueva manera de status digital”, ríe Engel.
Negocio redondo tanto para galerías como artistas, pues por un lado las casas de apuestas Christie’s y Sotheby’s ya entraron al negocio, vendiendo tanto NFT como aceptando criptomonedas para las obras tradiciones del mundo físico. Mientras que para los autores es un nuevo soporte para exhibir y vender su arte.
“Artistas digitales ya había antes de los NFT y eran muy buenos. Pero antes no vendían bien sus obras. Con los NFT se transformó en una práctica de mercado”, recalca Cruz Andrada. “Beeple venía trabajando hace muchos años y no vendía más de US$ 300 por obra”, reflexiona Cruz.
“Yo lo veo como una muy buena herramienta tanto para mostrar tu trabajo fuera, como para tener un nuevo formato”, dice el artista Caiozzama, cuya obra está tanto en muros en la calle como en collages y fotografías digitales.
“Es algo nuevo, pero veo mucho futuro tanto con las galerías como con millennials, que es otro tipo de público que no viene de la galería formal, del cuadro colgado. Puntos en contra hasta el momento no le veo, salvo el tema de derechos de autor, porque he visto personajes plagiando obras de otros artistas, pero creo que es controlable”, afirma.
Y aunque el mundo cripto se precia de ser democrático y descentralizado, también hay espacios exclusivos.
Ligado al mundo de los museos, hay marketplaces NFT que se desean especializar en un arte cerrado. No es igual estar OpenSea o Foundation que Aura NFT, una casa de remates exclusiva para el mundo del arte y los coleccionistas ‘profesionales’ que abrió este año en Argentina.
Así, el arte con mayúscula busca diferenciarse de los coleccionables, explica el académico.
“El sistema no está asentado aún. Algunos dicen que es una burbuja, pero no me atrevo a afirmarlo. [Si bien] los NFT llegaron para quedarse, no todos sobrevivirán al hype. Decantarán las propuestas mejor armadas y más sólidas y seguirán existiendo, mientras existan las criptomonedas” vaticina Cruz.
“En Gallery Weekend Santiago nosotros mostramos todo tipo de arte contemporáneo, y este año la vedette era el arte digital en NFT”, añade Kabir Engel, quien le tiene tanta fe a la tecnología que considera que en pocos años más los tokens no fungibles y el blockchain van a servir para comprar casas, autos o acciones.
“Todo va a estar tokenizado. Pero el arte lo dijo primero: siempre el arte lo dice primero”, concluye.
UNA PLATAFORMA PARA CADA NFT
OpenSea no es la única plataforma para comprar y vender obras de arte o coleccionables en formato NFT. Hay al menos una veintena de espacios para todo público y unas cuantas más que son curadas, es decir, de acceso exclusivo para profesionales del ambiente del arte y de las inversiones en criptomonedas y NFT.
Ethernity es una plataforma enfocada en el deporte, especialmente en el fútbol y el fútbol americano. Ahí se dice que jugadores como Messi y Suárez se han registrado en la plataforma, que permite acceder y vender NFT exclusivos y de edición limitada.
TopShot se especializa en el basquetbol, por lo que para los amantes de este deporte representa una buena alternativa para coleccionar situaciones o momentos especiales de sus equipos y jugadores preferidos. Opera con Bitcoin, Ether, Bitcoin Cash y Ethereum en sus versiones USDC y DAI.
Mientras que Valuables sólo permite comercializar tuits autografiados por sus autores −a través de esta plataforma fue que Jack Dorsey vendió su primer tuit− Sólo opera con la billetera MetaMask, que funciona con Ethereum.
Foundation, en tanto, reúne a artistas, creadores y coleccionistas enfocados en el arte digital. Esta plataforma ha ganado a la fecha más de US$ 45 millones, y más de 475 artistas que han usado la misma para ofrecer sus obras han generado más de US$12.000 de utilidades.
Fuente: América Economía