Reuters.- La crisis bancaria de Estados Unidos continúa y tendrá efectos durante años, escribió el martes en una carta a inversores el consejero delegado de JPMorgan Chase & Co, Jamie Dimon.
“La crisis actual aún no ha terminado, e incluso cuando haya quedado atrás, habrá repercusiones durante años”, escribió Dimon en un mensaje anual de 43 páginas que abarca una serie de temas, desde los resultados de JPMorgan hasta la geopolítica y la regulación.
Los nubarrones siguen amenazando la economía como hace un año, dijo Dimon, consejero delegado del mayor banco estadounidense. Y el sistema bancario está sometido a nuevas tensiones, tras la quiebra de Silicon Valley Bank y el rescate de Credit Suisse por UBS el mes pasado.
“Las probabilidades de recesión del mercado han aumentado”, escribió Dimon. “Y aunque esto no se parece en nada a 2008, no está claro cuándo terminará esta crisis actual. Ha provocado mucho nerviosismo en el mercado y claramente causará cierto endurecimiento de las condiciones financieras, a medida que los bancos y otras entidades de crédito se vuelvan más conservadoras.”
Aun así, no está claro si las perturbaciones frenarán el gasto de los consumidores que impulsa la economía estadounidense, escribió Dimon.
Los riesgos que condujeron a la crisis actual estaban “ocultos a plena vista”, escribió Dimon, señalando la exposición a los tipos de interés y el nivel de depósitos no asegurados de Silicon Valley Bank.
Pero restó importancia a las similitudes con la crisis financiera mundial de 2008. Mientras que el crac de dicho año afectó a grandes bancos, entidades de crédito hipotecario y aseguradoras con interconexiones globales, “esta crisis bancaria actual implica a muchos menos actores financieros y menos problemas que deben resolverse”, dijo Dimon.
Tras tomar el timón de JPMorgan en 2006, Dimon presidió las adquisiciones del banco durante la crisis del banco de inversión Bear Stearns y de Washington Mutual, la entidad de ahorro y préstamo cuya quiebra fue la mayor de la historia de Estados Unidos.
A medida que se desarrollaba la crisis actual, Dimon volvió a desempeñar un papel central, ayudando a organizar un salvavidas de 30,000 millones de dólares para First Republic Bank proporcionado por 11 grandes bancos.
JPMorgan, Bank of America Corp, Citigroup y Wells Fargo & Co comprometieron 5,000 millones cada uno, seguidos de Morgan Stanley y Goldman Sachs, con 2,500 millones cada uno.
Dimon escribió que toda nueva normativa en respuesta a las últimas turbulencias debería ser “meditada”, e incluir normas más claras para tratar con los bancos en quiebra.
“Los erráticos requisitos de capital de las pruebas de resistencia y la constante incertidumbre en torno a futuras regulaciones dañan el sistema bancario sin hacerlo más seguro.”
Dimon también apuntó a las empresas financieras no bancarias, que se han vuelto cada vez más competitivas con los bancos en la provisión de hipotecas, tarjetas de crédito y creación de mercados.
“¿Serían capaces las entidades no bancarias de proporcionar crédito cuando sus clientes más lo necesitan?”, preguntó. “Personalmente dudo que muchas de ellas pudieran”.