Carlos Torres Vila, presidente del BBVA, ha advertido que la guerra de Ucrania desatada por Rusia puede provocar un «nuevo orden mundial», por las consecuencias de un conflicto que tendrá «repercusiones estructurales en la economía, condicionando la relación entre bloques y el comercio internacional». Una repercusión que va más allá de «los impactos inmediatos» en la inflación y el crecimiento del PIB del planeta.
Torres Vila realizó estas declaraciones en Bilbao antes de la celebración de la junta de accionistas en el Palacio Euskalduna. El presidente del banco ha añadido que la invasión de Ucrania «nos produce una gran tristeza e inquietud». Señaló que es «una situación terrible» y deseó que la guerra «termine cuanto antes». Pidió la ayuda de «todos, en la medida de lo posible» para «paliar esta emergencia humanitaria».
Sobre las previsiones económicas, el presidente del BBVA declaró que espera que la recuperación pueda consolidarse durante este ejercicio, pese a los citados impactos en precios y a que la guerra genera una incertidumbre que es negativa para la inversión.
La entidad encara este «contexto incierto» desde «una posición de gran fortaleza», según Torres, que desgranó que en 2021 el BBVA logró el mayor beneficio recurrente de la última década, más de 5.000 millones, y cerró el año anterior con un «elevado ratio de capital», del 12,75 %.
Para Torres Vila, estas cifras han posibilitado aumentar «de manera notable» el dividendo, tras crecer «de forma significativa en todos nuestros mercados». Hacia el futuro, y gracias «al equipo de personas que integra BBVA, tenemos gran capacidad para aprovechar las oportunidades de negocio de la innovación y de la sostenibilidad».
En su discurso durante la junta, la guerra de Ucrania centró parte de su intervención ante los accionistas. En esta línea, insistió en que «asistimos con verdadero horror a terribles acontecimientos. Algo que creíamos superado en Europa. Más allá de su impacto en la geopolítica y en la economía mundiales, que es grande, supone una enorme tragedia humana».
El BBVA ha iluminado sus sedes con los colores de la bandera de Ucrania y ha donado un millón de euros a las ONGs que trabajan sobre el terreno en el país. Y ha promovido una campaña de donación que ha recaudado 1,7 millones.
Torres Vila se congratuló de la respuesta «coordinada e inmediata» de Europa a esta crisis. Opinó que la UE debe caminar hacia una mayor independencia energética, que acelere el desarrollo de la generación renovable. Sobre ese nuevo orden mundial, el presidente del BBVA consideró que «primará la autonomía en cuestiones estratégicas como la energía, los alimentos, materias primas, tecnología, defensa y datos». En su opinión, «un mundo bien distinto al de la globalización creciente de las últimas décadas».
En su discurso señaló que la digitalización es de las pocas tendencias que «seguirá ganando tracción». Unos 40 millones de clientes se conectan con el banco a través del teléfono móvil. Y seguirá trabajando para que las personas de la tercera edad no caigan en la brecha tecnológica.
Retribución en abril
En relación con el negocio, BBVA repartirá su mayor dividendo en efectivo de la última década. En concreto, 31 céntimos por acción. La entidad pagará 23 céntimos el próximo abril, a sumar a los ocho céntimos ya abonados en octubre pasado. Sigue con su programa de recompra de títulos por un importe global de 3.500 millones. Ya ha desembolsado 1.500 millones y aborda un segundo tramo de 1.000 millones, hasta recuperar un 10 % del capital. Por esta vía y por el dividendo directo, el banco repartirá unos 5.500 millones.
Para los próximos ejercicios, BBVA mantiene el compromiso de destinar entre un 40 % y un 50 % de los resultados a la remuneración al accionista.
Poca asistencia
La junta de accionistas volvió al formato presencial después de que las dos anteriores solo pudieran seguirse por vía telemática a cuenta de la pandemia. El auditorio del Palacio Euskalduna de Bilbao ha estado ocupado en menos de una tercera parte de su capacidad (de 2.200 personas), una imagen inédita de asientos vacíos en relación con anteriores celebraciones.