La empresa de Donald Trump y su antiguo jefe de finanzas fueron acusados el jueves por un esquema de fraude fiscal, señalando que el ejecutivo de Trump recibió supuestamente más de 1,7 millones de dólares en compensaciones fuera de los libros, incluyendo el alquiler de un apartamento, los pagos de un coche y la matrícula de una escuela. Es el primer caso criminal que ha arrojado la investigación de dos años de las autoridades de Nueva York sobre el ex presidente.
Weisselberg y los abogados de la Organización Trump se declararon inocentes. Trump no fue acusado en esta fase de la investigación,organizada por el fiscal del distrito de Manhattan Cyrus Vance Jr. y la fiscal general de Nueva York Letitia James, ambos demócratas.
El fiscal Carey Dunne afirmó que la política no jugó ningún papel en la decisión de presentar cargos y describió el caso como un esquema de 15 años «orquestado por los más altos ejecutivos».
La acusación se basó en que Weisselberg ocultó que era residente en Nueva York para evitar el impuesto sobre la renta de la ciudad. Los abogados de Weisselberg indicaron posteriormente que las declaraciones de Dunne, respecto al cliente de estos, eran engañosas.
Weisselberg fue puesto en libertad sin fianza y abandonó el tribunal sin hacer comentarios a los periodistas reunidos. En un comunicado, la Organización Trump defendió a Weisselberg, comentando que este estaba siendo utilizado por la oficina del fiscal del distrito de Manhattan Cyrus Vance Jr. como «un peón en un intento de tierra quemada para dañar al ex presidente.»
El fiscal Manhattan Cyrus Vance Jr. ha estado desarrollando una amplia investigación sobre distintos asuntos relacionados con Trump y la Organización Trump, como la veracidad en valoraciones de propiedades, evaluaciones de impuestos, etc. Ha conseguido los registros fiscales de Trump y ha citado documentos y realizado entrevistas a ejecutivos de la compañía y otras personas con información privilegiada de Trump.