EFE.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) calcula que si se mantuvieran las políticas actuales, las ventas de vehículos eléctricos en el mundo representarían más del 20% en 2030, frente a cerca del 10% en 2021, pero considera que para cumplir los objetivos climáticos ese porcentaje tendría que ser de 60%.
Los autores del informe hacen hincapié en que con el 20% de las ventas totales se estará todavía muy lejos del 60% que sería necesario para estar en línea con el objetivo de cero emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) para mediados de siglo.
Si se toma de forma aislada el nicho de los camiones, la brecha entre las matriculaciones en 2021 (un 0.3% del total) y el porcentaje que tendrían que alcanzar en 2030 para cumplir con las metas climáticas internacionales (25%) es todavía mayor.
En su informe anual sobre los vehículos eléctricos publicado este lunes, la AIE constata en primer lugar la tendencia fuertemente alcista de este mercado, que se duplicó el pasado año con 6.6 millones de matriculaciones.
Esa tendencia se mantiene en lo que llevamos de año, pese a los problemas de aprovisionamiento de componentes como microchips y de materias primas, que se ha agravado con la invasión rusa de Ucrania: las ventas en el primer trimestre fueron de 2 millones de unidades, alrededor del 75% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio.
China volvió a recuperar en 2021 el liderazgo mundial al triplicarse allí la comercialización de vehículos eléctricos hasta 3.3 millones, la mitad del total mundial.
Europa quedó relegada a la segunda posición a mucha distancia, y eso pese a que tuvo una progresión del 65%, hasta 2.3 millones. Estados Unidos duplicó sus cifras de 2020 tras dos años de caída, pero muy por detrás, con 630,000.
El parque de vehículos eléctricos en el mundo, que se triplicó entre 2018 y finales de 2021, cuando su número era de 16.5 millones, pasará a ser de 200 millones en 2030 sobre la base de las políticas en vigor actualmente.
A corto plazo, los principales obstáculos para el despliegue de la tecnología eléctrica, según la AIE, es la escalada de precios de minerales imprescindibles para fabricar baterías, y problemas de ruptura en la cadena de aprovisionamiento.
El litio, componente básico de esas baterías, se cotiza ahora siete veces más caro que a comienzos de 2021, y el níquel y el cobalto también se han disparado.
De mantenerse a esos niveles, el precio de las baterías -que habían bajado un 13% en 2020 y un 6% en 2021 sobre todo al masificarse la producción- aumentará este ejercicio un 15%.