Con un promedio de 3.13 %, la República Dominicana estuvo por debajo del promedio de 3.96 % de América Latina y el Caribe en el monto destinado para gasto de capital, entre 2019 y 2021, según datos que compila la Comisión Económica para América Latian y el Caribe (Cepal).
Conforme los datos de la Cepal -que difieren de los oficiales del gobierno-, fue de 2.8 % respecto al producto interno bruto (PIB) lo destinado en 2019 por la República Dominicana en gasto de capital, un renglón en el que se incluye lo invertido en infraestructuras públicas en beneficio de la gente. Para ese año, el promedio regional fue de 3.7 %.
En 2020, la Cepal indica que el país designó el 3.8 %, siendo el promedio regional 4.1 %, y en 2021 fueron 2.8 %, cuando lo regional fue también 4.1 %.
En el informe “Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2022”, la entidad señala que la ejecución del gasto de capital en los países de la región suele concentrarse en el último trimestre del año y ha constituido la principal variable de ajuste fiscal durante la última década.
Lo anterior ha sido observado por el economista Magín Díaz. En un artículo publicado en Diario Libre, indicó que en los primeros 10 meses del 2022, el gobierno ejecutó el 51 % de la inversión pública presupuestada y casi todo lo restante se ejecutó (o registró) en los últimos dos meses. “Es decir, el mismo patrón del año anterior”, dijo.
Ya en 2019, el Banco Interamericano de Desarrollo había publicado un análisis en el que advertía que gran parte del aumento del gasto público durante los años del auge de las materias primas se orientó hacia el gasto corriente, no hacia el gasto de capital.
“Entre 1980 y 2018, el gasto corriente per cápita en América Latina y el Caribe aumentó en un 72 %, incremento similar al del resto del mundo”, indicó.
“Sin embargo -agregó-, el gasto de capital per cápita en términos reales permaneció estancado y disminuyó significativamente como porcentaje del gasto total, más que el de cualquier otra región en el mundo”.
Un dilema
Díaz indicó en su artículo que el actual gobierno perremeísta “va camino a ser el que menos va a invertir en infraestructura en un periodo de cuatro años en tiempos recientes”. Pero también planteó el dilema de que “la principal razón es que el gobierno se está ajustando a una restricción presupuestaria fuerte”.
“Es decir, para invertir más el gobierno tendría que aumentar el déficit y por tanto la deuda pública”, planteó.
Escribió que, como la administración no quiere hacer lo anterior, “la forma de ajustar el gasto para bajar el déficit (y hacer espacio para los subsidios no previstos y los gastos de pandemia), ha sido precisamente invertir menos, porque el gasto corriente es mucho más rígido”.
“Y aquí tenemos lo que parece una paradoja: la baja inversión presupuestada es una consecuencia directa de que este es un gobierno fiscalmente responsable”, dijo.
El economista reiteró la necesidad de una reforma fiscal para quitarle el freno a la inversión pública, un tema que la actual gestión ha pospuesto y más en un año preelectoral.