Por William Wilkes
La divulgación se produce un día después de que Rusia describiera las medidas propuestas para tomar el control temporal de las empresas salientes donde la propiedad extranjera supera el 25%. Si se adopta, los tribunales rusos podrían congelar los activos, dando a las empresas la opción de restablecer las operaciones o vender su participación.
Entre los activos de Mercedes en riesgo se encuentra una fábrica en las afueras de Moscú que abrió en 2019 con la presencia del presidente ruso, Vladimir Putin. La instalación, considerada clave para acceder a lucrativos contratos gubernamentales, emplea a más de 1.000 personas y produce los modelos sedán y SUV Clase E. Equipada con robots y otra automatización de vanguardia, la fábrica puede producir 20.000 vehículos al año.
Rusia representa el 2% de las ventas de Mercedes, según una estimación de Bloomberg Intelligence. La compañía declinó hacer comentarios de inmediato.
Las filiales rusas de Mercedes también tienen obligaciones con los bancos por alrededor de 1.000 millones de euros, y la empresa dijo que ha emitido garantías para la deuda.
Las empresas alemanas han sufrido expropiaciones por parte de gobiernos extranjeros en el pasado, un factor que algunos historiadores económicos han citado por la falta de voluntad del país para invertir dinero de su gran superávit en cuenta corriente en el extranjero. Después de que Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial, su gobierno se apoderó de las operaciones estadounidenses de Merck KGaA de Alemania, lo que condujo al establecimiento de Merck & Co, ahora una compañía farmacéutica completamente separada.