La tasa de inflación interanual de los Estados Unidos se aceleró en junio en 5,4% y representó la mayor alza de precios desde agosto de 2008, según anunció este martes la Oficina Estadística del Departamento de Trabajo. Superó los pronósticos y colocará presión sobre la política monetaria expansiva de la Fed de tasas mínimas y compras de bonos.
El repunte de los precios se vio afectado por el encarecimiento de la energía, que tuvo un aumento interanual de 24,5%, mientras que el valor de los alimentos se incrementó en un 2,4%.
Otros sectores que influyeron en el incremento de precios fue el precio de los autos usados, con un alza del 45,2%.
Por su parte, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta la volatilidad de los componentes de energía y alimentos frescos, se situó en 4,5% frente al 3,8% de mayo (la mayor cifra desde noviembre de 1991), y la variación mensual comparada con mayo marcó 0,9%.
Este incremento de precios superó los pronósticos y colocará presión sobre la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de tasas de interés mínimas y compras de bonos.
La entidad consideró hasta el momento que la tendencia inflacionaria es únicamente «transitoria».
Kathy Bostjancic, de Oxford Economics, comentó en un análisis, «Creemos que este será el pico de la tasa anual de inflación», pero «los aumentos de precios derivados de la reapertura de la economía y los cuellos de botella de la cadena de suministro mantendrán la tasa de inflación elevada».