Para el 2025, la empresa consultora Statista espera que el mercado de la Inteligencia Artificial tenga un valor estimado de 313,900 millones de dólares, lo cual demuestra las razones por las que las empresas están explorando con tanto interés esta industria.
Y si bien existen muchas empresas que están haciendo desarrollos en mayor o menor medida, hay dos ejemplos que destacan por sus propuestas, ya sea porque se trata de una iniciativa de código abierto, como Llama 2, o una en la que la ética es el principal diferenciador, como Claude.
Llama 2 es la segunda versión del modelo de IA de Meta. En la primera, se trataba de un sistema que la empresa sólo proporcionaba a determinados académicos con fines de investigación, pero en esta ocasión es una plataforma de código abierto disponible mediante descarga directa y a través de Amazon Web Services, Hugging Face y otros proveedores.
Esta característica de Llama 2 de tenerlo disponible gratuitamente para que las empresas construyan sobre él, amenaza con acabar con el temprano dominio establecido en el naciente mercado del software de IA generativa por actores como OpenAI.
«El código abierto impulsa la innovación porque permite a muchos más desarrolladores construir con nuevas tecnologías», escribió Zuckerberg. «Creo que se desbloquearía más progreso si el ecosistema fuera más abierto».
Cabe mencionar que la primera versión de Llama ya competía con los modelos que utilizan ChatGPT y Bard, mientras que la nueva plataforma fue preentrenada con un 40% más de datos que su predecesor, así como más de un millón de anotaciones realizadas por humanos para afinar la calidad de sus resultados, dijo Zuckerberg.
¿Qué es Claude, la IA de Anthropic?
Otra de las propuestas interesantes en el área de las IA es Anthropic, una empresa que ha investigado con el fin de ampliar el alcance de la tecnología. Por ejemplo, uno de sus propósitos es ampliar el contexto que ofrece en cada una de sus respuestas. Según un documento, su máximo hito hasta ahora ha sido de unas 75,000 palabras.
Tal cantidad de palabras es suficiente para procesar una novela como El gran Gatsby en una única respuesta y es relevante, de acuerdo con la empresa, debido a que mejorará la calidad de las respuestas que da, además de que generará contenido con una mayor velocidad.
Otra de las principales características de Claude es la ética con la que trabaja, pues Anthropic generó una Constitución para que sus respuestas sean más seguras y útiles, ya que durante su entrenamiento, el modelo revisa sus propias respuestas con base en un conjunto de principios que le permiten determinar la respuesta más inofensiva.
Esta es una de las propuestas más relevantes hacia las críticas que han recibido modelos como ChatGPT o Bard, de Google, respecto a que reproduce contenido racista o machista o bien están entrenados a partir de sesgos.
Anthropic resaltó que esta Constitución también se basa en una serie de fuentes para garantizar las mejores prácticas de confianza y seguridad, como la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU o bien profundas investigaciones de otras empresas en el campo.
Asimismo, la compañía también dijo que están buscando capturar perspectivas y principios no occidentales para nutrir sus reglas de uso, además de actualizar algunos valores que no estaban incluidos en los documentos de la ONU, como la privacidad de los datos o la suplantación de la identidad en línea.