Además de las bajas perspectivas económicas para las economías a nivel mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte sobre desafíos que enfrentarán los bancos y entidades financieras no monetarias con el impacto de las subidas de los tipos de interés en el intento por controlar la inflación. Ayer, el organismo recomendó que se continúen incrementando los tipos.
La meta de las autoridades monetarias es evitar que los precios de productos y servicios se disparen a un punto que las personas no puedan costear una alimentación básica saludable, según lo estipulado por el Banco Mundial (BM). Mientras tanto, el sector financiero debe evaluar si cuenta con capital suficiente para no tocar los depósitos de los ahorrantes.
Con cada endurecimiento de medidas restrictivas, los bancos y financieras elevan también su margen de ganancias para los préstamos, lo que hace que se disminuya la dinámica de pedir prestado y financiar algunas compras, a diferencia del efecto en los ahorros, cuyas ganancias aumentan. En ese orden, los bancos enfrentan más riesgos.
El planteamiento se desprende del resumen ejecutivo del FMI sobre “Perspectivas de la economía mundial: una recuperación accidentada”, documento en el que destaca que el sendero por el que las autoridades han transitado para mejorar las perspectivas y reducir al mínimo los riesgos es estrecho.
La presentación del informe de estabilidad financiera global se realizó ayer, en una conferencia de prensa durante las Reuniones de Primavera de 2023 del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los encuentros económicos se realizan en Washington entre el 10 y 15 de este mes en curso.
Tensión podría ampliar
“Los riesgos para las perspectivas están muy sesgados hacia un empeoramiento de la situación, y las probabilidades de que se produzca un aterrizaje brusco han aumentado notablemente. La tensión en el sector financiero podría amplificarse y el contagio podría extenderse», señala el texto.
El resultado de que la situación se agrave se verá con el debilitando de la economía real, al registrarse un «marcado deterioro» de las condiciones de financiamiento, obligando a los bancos centrales a reconsiderar la trayectoria de sus políticas, según el documento.
De hecho, Pierre–Oliver Gourinchas, consejero económico del FMI, apuntó en la introducción del documento, que se hará público en el transcurso de esta semana, que resulta más preocupante que la brusca contracción de la política de los últimos 12 meses esté empezando a tener “graves efectos colaterales» en el sector financiero. “Como hemos advertido en repetidas ocasiones que podía pasar”, escribió.
Resaltó que la estabilidad de cualquier sistema financiero depende de su capacidad para absorber pérdidas sin recurrir al dinero de los contribuyentes.
La inestabilidad financiera en el cuarto trimestre del año pasado en el mercado de bonos del Reino Unido y la reciente turbulencia bancaria en Estados Unidos, con el colapso de unos pocos bancos regionales, muestran que existen «vulnerabilidades importantes» tanto entre los bancos como entre las instituciones financieras no bancarias.
Pronóstico más bajo
Según el pronóstico, que parte del supuesto de que las recientes tensiones en el sector financiero están contenidas, el crecimiento disminuirá de 3.4 % en 2022 a 2.8 % en 2023, para después “aumentar lentamente y estabilizarse” en 3.0 % en cinco años; se trata del pronóstico a mediano plazo más bajo en décadas.
Para superar la tendencia y alcanzar el ritmo de crecimiento que se mantenía en pre pandemia es necesario que los bancos centrales continúen elevando sus tipos de interés, al menos hasta que que disminuya la inflación, detalló la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en las Reuniones de Primavera, iniciadas esta semana en Washington.
Georgieva consideró que la lucha contra la subida de precios no está dando resultados con la rapidez que se esperaba, por lo que confían en que las entidades bancarias cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar las subidas.