Elon Musk anunció la suspensión de manera provisional de la compra de Twitter, a la espera de detalles sobre la proporción de cuentas falsas en la red social. Hace unos días, la empresa informó que estas cuentas representan menos del 5% de sus 229 millones de usuarios activos diarios monetizables.
«El acuerdo sobre Twitter queda en suspenso de manera temporal a la espera de detalles que sustenten el cálculo de que las cuentas falsas representan menos del 5% de los usuarios», anunció a través de su cuenta en Twitter.
Tras este mensaje, la acción del grupo retrocedió un 20% en los intercambios electrónicos previos a la apertura de la bolsa de Wall Street y se situaba en poco más de 36 dólares el viernes a mediodía, muy por debajo de los 54.2 dólares por acción, propuestos por el multimillonario en la compra.
En una publicación de seguimiento, el multimillonario señaló que “todavía está comprometido con la adquisición”; sin embargo, se encuentra a la espera de que se confirme la información sobre el número de cuentas falsas o bots, pues Twitter señaló que las cifras eran una estimación y que el número real podría ser mayor.
Con la compra de Twitter por 44,000 millones de dólares, uno de los propósitos centrales de Musk es la erradicación de cuentas falsas, los bots de spam y la transparencia de los usuarios.
No obstante, la cantidad estimada de cuentas de spam en la plataforma se ha mantenido por debajo del 5% desde 2013, según los documentos de Twitter, razón por la cual la decisión de Musk ha generado dudas entre los analistas.
«Esta métrica del 5% ha estado disponible durante algún tiempo. Claramente yo la habría visto… así que bien puede ser parte de la estrategia para bajar el precio», dijo a Reuters Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown.
En su búsqueda para comprar Twitter, Musk ha recurrido a diversos métodos para recaudar fondos. Vendió acciones de Tesla por valor de 8,500 millones y obtuvo un préstamo de 12,500 millones de dólares garantizado con sus acciones de Tesla, aunque la semana pasada lo redujo a 6,250 millones tras atraer co-inversores.
Ante este panorama, la posibilidad de que quiera negociar un precio más bajo está latente, más ahora que decidió suspender las negociaciones. No obstante, para que la junta directiva de Twitter acepte reabrir las negociaciones, el empresario tiene varios obstáculos. El primero es convencer a los ejecutivos de que realmente se irá.
El segundo son los retos legales, ya que la empresa puede citar la cláusula de «desempeño específicio», por medio de la que un juez obligaría a Musk a completar el trato.
Si el acuerdo sigue adelante, se espera que Musk se desempeñe como director ejecutivo de la empresa de forma temporal, pero si la transacción no se completa, el empresario debería pagar una tarifa de 1,000 millones de dólares por la ruptura.
Desde que se lanzó la oferta pública, Musk ha criticado la presencia de bots en la red social, así como su política de moderación. Incluso ha dicho que quiere que el algoritmo dé prioridad a los tuits para que sean públicos y se reste poder a los corporaciones que se anuncian.
No obstante, entre los objetivos de Musk para la empresa se encuentra que los ingresos por publicidad se dupliquen para 2028, según información obtenida por The New York Times. Esto significaría que los anuncios representarían cerca del 45% de ingresos totales de la red social para ese año.
Por otra parte, las acciones de Tesla subieron un 5% tras el anuncio. Cabe recordar que Tesla había perdido alrededor de una cuarta parte de su valor desde que Musk reveló su participación en Twitter, debido a las preocupaciones de que se distraiga como CEO de la empresa automotriz y de que tuviera que vender más acciones de dicha compañía para financiar el trato.