En el caso de los chatbots, la ficción se ha adelantado a la realidad, pero no por mucho. Películas como “Her” de Spike Jonze, o los capítulos más inquietantes de la serie británica Black Mirror han vislumbrado escenarios donde los protagonistas tenían relaciones afectivas, o incluso se enamoraban de sus aplicaciones de inteligencia artificial.
Hoy día, una nueva aplicación de inteligencia artificial está circulando en las redes sociales. Llamada ‘Replika’, la IA se describe como un “espacio donde puedes compartir de forma segura tus pensamientos, sentimientos, creencias, experiencias, recuerdos, sueños, tu ‘mundo perceptivo privado’” ¿Pero cómo funciona este asistente para el solipsismo digital?
Replika es un chatbot de inteligencia artificial de aprendizaje profundo. La fundadora Eugenia Kuyda, hoy radicada en San Francisco, creó Replika para encontrar consuelo ante la muerte inesperada de su amigo más cercano, Roman Mazurenko. Ella alimentó una red neuronal con los mensajes de texto de Mazurenko y la usó para construir un bot que enviara mensajes de texto como si se tratara de él.
Añadiendo modelos de aprendizaje del lenguaje se creó Replika, una IA que una vez activada, trata de aprender y replicarte, mientras habláis recopila datos; sus sueños, miedos, esperanzas y deseos. Cuanto más hable con esta IA, más aprenderá a saber las posibles cosas correctas que decir y desarrollará una personalidad propia.
Como modelo de negocio, quizás lo más interesante de Replika es el sistema de niveles, en el que los usuarios son recompensados con monedas digitales cuanto más conversan con el espejo digital. Se le solicita varias veces que pague dinero (real) para actualizar su compañero de inteligencia artificial, lo que desbloquea posibilidades más íntimas. Parece que Replika no solo pretende ser un simulador de amigos, sino una novia digital en toda regla.
No hay nada en la marca de Replika que indique que está destinado a ser solo un complemento de las relaciones humanas reales: de hecho, el sitio parece estar vendiendo la idea de que puede reemplazar las conexiones en la vida real por completo, con testimonios de clientes que incluyen descripciones de años. Las “relaciones” prolongadas formadas con la aplicación.
Por su parte, en China ha habido usuarios que han llegado a enamorarse del robot Xiaoice, el asistente virtual con Inteligencia Artificial (IA) más popular en China.
XiaoIie es un sistema de inteligencia artificial avanzado , diseñado como un chatbot para crear vínculos emocionales con sus usuarios, y se encuentra en la mayoría de los teléfonos inteligentes y plataformas sociales chinas.
Hoy, XiaoIce tiene 150 millones de usuarios solo en China y 660 millones en todo el mundo. Según Li Di , fundador y CEO de la firma , actualmente atiende alrededor del 60% de las interacciones globales entre humanos e IA, ubicándola entre los mejores asistentes virtuales del mercado.
El chatbot fue diseñado para seducir a los usuarios con conversaciones empáticas que satisfagan sus necesidades emocionales , a través de mensajes de texto, voz e imagen, lo que resulta en una combinación perfecta, pero no humana.
Las interacciones entre los usuarios y su ‘enamorado’ digital se suman para alcanzar el nivel de los tres corazones, el más alto en «intimidad» con el chatbot. También se desbloquean nuevas funciones como irse de «vacaciones virtuales» y posar para selfies con el avatar. El fenómeno es tal que existen foros online dedicados a Xiaoice , donde miles de jóvenes fans del chatbot hablan de la experiencia con su novio virtual.
Dada la reciente iniciativa del gobierno chino para limitar las horas de consumo de videojuegos de los jóvenes, así como la prohibición de influencer «vulgares» y otras manifestaciones culturales consideradas «decadentes» está por ver si Xiaoice no terminará atrayendo la atención de las autoridades comunistas.
En todo caso parece que, a ambos lados del Pacífico, estamos viendo las primeras semillas de un intento de reemplazar las relaciones sociales con personas reales por otras digitales más comercializables pero también mas «manejables»: Tu «novia de IA que no te juzgará».