El maglev usa la levitación magnética para deslizarse en el aire, eliminando la fricción y la contaminación acústica al tiempo que permite que los trenes viajen a velocidades extremadamente altas.
China ha dado un enorme paso en el mundo del transporte ferroviario al desarrollar un innovador tren de levitación magnética de alta velocidad que promete llevar a los pasajeros a velocidades récord de hasta 1.000 kilómetros por hora.
Esta tecnología, conocida como «maglev» o «levitación magnética», utiliza imanes superconductores enfriados a temperaturas extremas en una tubería de bajo vacío para permitir que los trenes se deslicen sin fricción y contaminación acústica, alcanzando velocidades que superan a los aviones.
Recientemente, en una prueba, el tren alcanzó la impresionante velocidad de 450 kilómetros por hora, asegurándose el título del tren más rápido del mundo.
El concepto detrás de este tren maglev es el siguiente: los imanes superconductores, enfriados a temperaturas extremadamente bajas, generan un potente campo magnético que interactúa con el metal de las paredes de la tubería, permitiendo que el tren levite y se propulse hacia adelante, creando así un colchón de aire entre el tren y la vía.
Esta tecnología revolucionaria reduce la fricción al mínimo y, como resultado, los trenes pueden alcanzar velocidades increíbles sin los inconvenientes asociados con la resistencia del aire.
Además, al viajar a velocidades tan altas, se espera que el tiempo de viaje entre ciudades importantes se reduzca significativamente, lo que beneficiará a la gran población de China y mejorará la conexión en todas las lejanas zonas del país.
China ya ha experimentado con éxito con trenes maglev en Shanghái, donde un tren de levitación magnética conecta el aeropuerto de Pudong con el centro de la ciudad en solo siete minutos a lo largo de un trayecto de 30 kilómetros.
Impresionados por el éxito de esta iniciativa, los ingenieros chinos tienen planes ambiciosos para extender la tecnología maglev en todo el país. Esto forma parte del Proyecto de Innovación Tecnológica China Railway 450, que ha sido incluido en el plan del país entre 2021 y 2025.
Con esta expansión, China espera facilitar los viajes entre grandes ciudades y zonas rurales, al mismo tiempo que reducir las emisiones contaminantes del transporte y mejorar la eficiencia del sistema ferroviario a nivel nacional
La adopción de esta tecnología revolucionaria en el sistema de transporte ferroviario chino ofrece múltiples beneficios ambientales que ayudarán a combatir los problemas de contaminación del aire y la huella de carbono.
Tal y como comentan desde The Cool Down, En 2018, China fue responsable del 11% de las emisiones de contaminación del aire relacionadas con el transporte en el mundo (solo superado por EEUU).
La levitación magnética reduce drásticamente la fricción entre el tren y las vías, lo que se traduce en una reducción enorme del consumo de energía durante el transporte. A medida que los trenes maglev se desplazan sin rozamiento, se requiere menos potencia para mantenerlos en movimiento a velocidades extremadamente altas.
Esta mayor eficiencia energética se traduce en una disminución del consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes en comparación con los trenes tradicionales propulsados por diesel o electricidad.
Por otro lado, al permitir un transporte más rápido y eficiente entre ciudades y ciertas zonas, estos trenes pueden incentivar a la población a optar por este medio de transporte en lugar de los vuelos normales o el uso de coches.
Parece lógico que esto tiene un gran impacto en la reducción de las emisiones de carbono, ya que los viajes en avión son una de las principales fuentes de emisiones contaminantes en la industria del transporte.