El Premio Nobel de Economía ha sido concedido este lunes a los economistas David Card por« sus contribuciones empíricas a la economía del trabajo», así como a Joshua D. Angrist y Guido W. Imbens por «sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales».
David Card ostenta desde 2014 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Economía, con el que ya se reconocían sus contribuciones a la microeconomía empírica. Sus investigaciones han tenido impacto en áreas como la fiscalidad, el estado de bienestar o la reforma de las pensiones. Como han destacado desde el Banco de Suecia, que concede este premio, a través del uso de experimentos naturales Card ha analizado los efectos sobre el mercado laboral de los salarios mínimos, la inmigración y la educación. En concreto, sobre el salario mínimo ha realizado experimentos para investigar como su incremento afecta al empleo.
¿Qué son los ‘experimentos naturales’?
El Nobel de Economía de este año ha querido reconocer los avances en este tipo de investigaciones. Un experimento natural es un estudio empírico u observacional en el que los investigadores no modifican de forma artificial las variables de control ni las experimentales de interés, sino que permiten la acción de la naturaleza o de factores fuera de su control. Es decir, los investigadores no controlan los experimentos naturales al contrario de los aleatorios tradicionales. Solo observan y analizan.
En el campo económico pueden resultar útiles, como un nuevo campo de pruebas alternativo cuando los experimentos controlados resultan poco prácticos o éticamente no son adecuados, ya que intervienen personas. Pueden serviar para estudiar como cambios legislativos o en política dentro de espacio definido (un país, un grupo social, …).
Por su parte, Joshua D. Angrist y Guido W. Imbens han recibido el Nobel por «sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales». En concreto, a mediados de lso 90 demostraron cómo se pueden extraer de los experimentos naturales conclusiones precisas sobre las causas y efectos de un fenómeno. «Lo que ha sido adoptado por los economistas que trabajan con datos observacionales», han destacado desde el jurado.
Desde el Banco de Suecia, el jurado ha comentado que «los galardonados de este año han demostrado que muchas de las grandes cuestiones de la sociedad pueden ser respondidas: su solución es el uso de experimentos naturales (situaciones de la vida real que pueden parecerse a experimentos aleatorios)». Además, desde la institución que concede el Nobel de Economía también han destacado que los nuevos Nobel han proporcionado «nuevos conocimientos sobre el mercado laboral y mostrado las conclusiones sobre las causas y efectos que se pueden extraer de los experimentos naturales. Lo que se ha extendido a otros ámbitos y revolucionado la investigación empírica».
Para el responsable del jurado, Peter Fredriksson, «los estudios de David Card sobre cuestiones nucleares para la sociedad y las contribuciones metodológicas de Angrist e Imbens han mostrado que los experimentos naturales son una fuente rica de conocimiento». En su opinión, «las investigaciones de los galardonados han incrementado substancialmente nuestra habilidad para dar respuesta cuestiones causales clave, lo cual ha representado un gran beneficio para la sociedad».
El profesor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y colaborador de la Fundación BBVA José García Montalvo, ha apuntado en declaraciones para ABC que «el Premio Nobel de Economía de este año es un reconocimiento a una forma de hacer economía, de producir métodos más creíbles que los que había hasta los años 90». Es lo que este experto denominó «la revolución de la economía empírica». Como ejemplo, Montalvo explicó que en el pasado si se ponía un control de rentas y luego caían los precios del alquiler se consideraba como algo demostrado, cuando eso solo podía ser una correlación. «El experimento natural no busca correlaciones sino causalidad, hay que separar causalidad de coincidencia», apuntó el docente de la UPF.
Fuente:ABC