OpenAI promete convertirse en una máquina de ganar dinero para sus 700 empleados. Para lograrlo, basta que prosperen los planes de venta de los títulos en poder de la plantilla. Según informan las ediciones online de Financial Times y The Wall Street Journal, la compañía que lidera Sam Altman estudia ofrecer al mercado este tipo de acciones de los trabajadores con el objetivo de ingresar alrededor de mil millones de euros, importe que acto seguido se repartiría entre los afortunados trabajadores. Si todos tuvieran una participación equitativa -que nunca es el caso- los ingresos per cápita rondaría el 1,4 millones de dólares, por lo que se convertirían en millonarios de la noche a la mañana, los que aún no lo fueran.
La compañía de Inteligencia Artificial estima que esa operación permitiría a la empresa valorarse en 86.000 millones de dólares (78.570 millones de euros), el triple de la cotización de hace menos de un año, de 29.000 millones de dólares (26.500 millones de euros). El mismo rotativo financiero asegura que los dueños de Chat GPT mantienen contactos con inversores sobre la venta parcial de acciones, entre los que se encuentra la japonesa SoftBank.
Por su parte, la agencia Europa Press precisa que la colocación en ciernes permitirá comprobar «cuál es la factura para la empresa y sus inversores del reciente caos en el liderazgo de OpenAI». Entre otros cataclismos, el consejo decidió cesar a su primer ejecutivo para seis días después readmitir, una vez que la plantilla firmara una carta para reclamar la vuelta del CEO bajo amenaza de estampida de toda la compañía.
Por lo pronto, la transacción permitirá a los empleados de «Open AI vender sus acciones sin necesidad que la empresa emita otras nuevas para levantar capital adicional y los representantes del dueño de ChatGPT habrían comenzado a sondear a los inversores, añade el rotativo de referencia en Wall Street». Las mismas fuentes aseguran que Altman se ha negado de forma tajante a cualquier plan de salida a bolsa o la venta de Open AI, «por lo que estas colocaciones son la manera para que los empleados puedan monetizar sus acciones», indica Europa Press.
Entre otros efectos colaterales, la futura valoración de OpenAI propinará pingües plusvalías para Microsoft, en el caso de que quisiera materializarlas, además de la firmas de capital riesgo Thrive Capital, Sequoia Capital y Khosla Ventures, que también participan en la empresa.